Escribí el otro día un post dedicado a Y, el último hombre de Brian K. Vaughan y recibí de quienes me leyeron algunas recomendaciones de este mismo autor, con lo cual la tentación de leer algo más de él fue en aumento. Eso sí, el cómic del que os voy a hablar ahora no lo he leído por recomendación precisamente, sino más bien por todo lo contrario. Me aconsejaron no leerlo, pero ya sabéis que esas son las palabras mágicas para que uno no haga caso de la advertencia. Ya leído, he de admitir que quien me puso sobre aviso tenía algo de razón. Orgullo de Baghdad no es una gran obra, aunque sí es una muy buena idea que, mejor desarrollada, podría haber dado lugar a un cómic de los de quitarse el sombrero. Me explico.
La historia está basada en un hecho real. En el año 2003 unos leones escaparon del zoo de Baghdad durante un bombardeo. Así pues, Orgullo de Baghdad, también conocida como Los leones de Baghdad, comienza presentándonos a algunos animales de este zoo, y veremos qué rol desempeñará cada uno de ellos en esta historia. Los leones serán los protagonistas, pero también veremos gacelas, osos o monos. Todos ellos se ven sorprendidos cuando un día algo cae del cielo y de pronto sus cuidadores desaparecen. Las paredes que les separaban del mundo real han sido derribadas y por fin pueden experimentar aquello que llaman "libertad", pero al final de esta historia se darán cuenta de que la libertad depende de otras muchas cosas. Los animales saldrán a las calles de una ciudad que está reducida a escombros y tratarán de luchar por sobrevivir. Todos sus actos, su manera de pensar, su relación con las otras especies, todo tendrá un doble sentido en este cómic cuya idea es muy buena, como ya he dicho al principio.
Sin embargo, como también avanzaba antes, las buenas intenciones de este cómic pierden fuerza conforme éste se desarrolla. En mi humilde e inexperta opinión, la narración de esta historia le pasa una factura tremenda. Todo sucede muy deprisa, no hay capítulos que separen una escena de otra y el paso de una a otra es un tanto brusco. Quizá la intención de sus autores era simplemente mostrarnos las pocas horas de libertad de unos animales y mandarnos un mensaje que nos haga reflexionar, por eso los diálogos entre los leones o con otros animales van al grano, son breves, directos y cumplen su función. Pero aun queriendo excusarles con ese argumento, sigo pensando que al cómic le falta más seriedad y profundizar más tanto en todos esos diálogos como en los personajes. Está claro que la fuga de unos animales salvajes no puede durar mucho, pero aun siendo escasas las horas fuera del zoo, creo que se le podría haber sacado mucho más a esta historia. Por otra parte, del dibujo no tengo nada que objetar, me parece correcto y en algunos momentos brillante.
Resumiendo, que me he quedado con un ligero mal sabor de boca al encontrarme una obra poco ambiciosa, pese a tener por título el orgullo. Sus autores no han sacado las garras y se han limitado a mostrarnos unos hechos basados en un suceso real, dándole voz al pensamiento de unos animales a los que se les había privado la libertad o, en el caso de los nacidos en cautividad, que no conocían ese concepto. Una idea genial de la que se podría haber conseguido un cómic muy digno. No ha sido así. Pese a todo, leeré algo más de Vaughan, parece tener muy buenas ideas, espero que las desarrolle mejor que aquí.
¡Hasta el próximo post!
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