ATENCIÓN: SPOILERS. Se recomienda haber visto la película antes de leer este post.
Creo que la frase "Pixar lo ha vuelto a hacer" va a repetirse hasta el final de los tiempos cada vez que la compañía saque películas como la que hoy me ocupa aquí. Porque sí, Pixar lo ha vuelto a hacer, ha vuelto a crear magia.
La magia a la que me refiero viene además con toda una liturgia, con un corto de esos de hacernos llorar precediendo a la película. En esta ocasión nos han deleitado con Lava, la preciosa historia de amor entre dos volcanes, no exenta de cierta tristeza durante bastante tiempo. Es un corto diferente, pues es completamente musical. Al ritmo de un ukelele, un narrador y dos volcanes nos cantan una historia de amor un tanto agridulce pero con final feliz. Cierto es que en otras ocasiones nos han ofrecido cortos mejores, pero este también es de los que te provocan alguna lagrimilla y de los que recuerdas con cariño. Y dejándote con una sonrisa tonta en la cara, comienza la película.
A pesar de haber visto el trailer de esta película, no tenía muy claro el funcionamiento de esas voces en la cabeza. Los minutos iniciales son para contarnos cómo funciona el cerebro de la niña protagonista, Riley. Hay mucha más complejidad ahí dentro de lo que hemos podido ver en el trailer. No se trata sólo de tener 5 sentimientos en la cabeza que dirigen nuestras acciones, sino que todos los recuerdos tienen un almacenamiento y tratamiento diferente y complejo. Pero está todo tan bien explicado y tan bien organizado que todo esto en la película se entiende muy bien. Además, no se han dejado detalle que mostrar, en la cabeza de la niña se puede encontrar hasta a su amigo imaginario de la infancia, Bing Bong, pasando por los miedos alojados en el subconsciente. No controlo demasiado de psicología, por tanto no desarrollaré este punto mucho más, pero lo que quisiera dejar claro es que la película tiene muchísimos detalles de la mente humana que la hacen brillar. En fin, establecido el funcionamiento del cerebro en Inside Out, vamos a pasar a lo que de verdad importa, al tema de los sentimientos.
Desde el primer momento supe que Alegría y Tristeza iban a ser las piezas clave de esta película. Mientras muchos le cogían cierta tirria a Tristeza porque andaba tocando los recuerdos y provocando un estado de pena en Riley, me di cuenta de que así tenía que ser. Lo que parecían despistes sin intención por parte de Tristeza, en realidad eran un desarrollo natural de los acontecimientos. La pieza que de verdad estaba provocando el sufrimiento era Alegría. Estaba claro desde el principio que una mudanza y su consecuente abandono de montones de recuerdos y amigos no podía ser un evento feliz. Alegría estaba equivocada desde el principio y su desmesurado optimismo no hacía sino provocar dolor en Riley. Por eso Tristeza tocaba las bolas sin querer, porque era una consecuencia lógica. En una situación real, tanta alegría no sería más que un estado de subidón con el que nos engañamos temporalmente y que nos provocaría luego un bajón considerable. Por tanto, en cierto modo Alegría y Tristeza, sin pretenderlo, están generando una situación que puede ser real, aunque habría sido mucho más natural si Alegría no se hubiera empeñado en controlarlo todo, no era su momento. Y para eso estaba la película, para enseñarnos que no siempre todo en esta vida es de color de rosa, que también hay momentos de ira, asco, miedo y tristeza, pero eso no es malo. Un equilibrio entre ellos es lo que nos hace humanos. Y ha hecho falta perder la alegría y la tristeza para darse cuenta de que lo que la niña necesitaba en ese momento era una combinación entre ambas, la nostalgia. Los buenos momentos que recordamos con tristeza porque se encuentran lejos en el tiempo y/o en el espacio. Sin esos sentimientos, tan sólo podemos sucumbir a otros sentimientos algo más violentos para con los demás. Negarse a aceptar una situación presente nos hace más huraños, más esquivos, nos pone a la defensiva con todo y todos. Eso es lo que sucede en esta película al perderse Alegría y Tristeza, que Riley queda gobernada por Miedo, Asco e Ira. Todo su comportamiento posterior estará más que justificado, pues el enfado general le hará olvidar esos buenos momentos, sus pilares (o en este caso islas) se derrumbarán. En fin, creo que queda claro lo que quiero decir. Por eso yo no pude cogerle cierta tirria a Tristeza, porque sabía que era lo que tenía que pasar. Sin embargo, Alegría me estaba resultando un tanto molesta al principio de la película porque resultaba inverosímil casi todo lo que creaba durante esa mudanza. La vida está llena de altibajos constantes aunque no nos demos cuenta porque tengan una menor intensidad, pero nuestro ánimo pasa por todos esos estados que vemos en la película. En ese sentido, grandísimo mensaje el de esta película. Bien hecho.
Dejando a un lado los sentimientos, el resto de elementos de la película son geniales también. Hablaba antes de pilares, de puntos de apoyo de nuestra existencia y aquí lo han representado con islas. Así pues, tenemos la isla de la familia, de la amistad, del hockey, de la payasada y ahora mismo no recuerdo más. Se trata de todas las cosas que son importantes en la vida de la niña y en las cuales se apoya para hacer todo lo que hace. Aquí, cuando entra en ese estado de rechazo a su nueva situación, todas esas islas empiezan a caer una a una, consecuencia lógica una vez más.También es muy destacable el tratamiento del sueño en esta película, con actores empleando los recuerdos más importantes del día y haciendo pasar a Riley por el mal trago otra vez. O con ese tren que tan sólo acude al centro neuronal cuando la niña está despierta. O ese intento de despertarla utilizando elementos de pesadilla. Pero lo que me ha parecido lo mejor de la película y con el desenlace más consecuente, aunque duro para ser esta una película de dibujos, ha sido lo del amigo imaginario, Bing Bong.
Al principio, cuando aparece por primera vez Bing Bong y dice que es el amigo imaginario de Riley, me pareció todo un puntazo que los creadores de la película incluyeran algo que pasa tan a menudo en la mente de muchos niños. Su vestimenta desigual, su aspecto cómico, su saco sin fondo y hasta sus lágrimas de caramelo son todo fruto de una mente inocente, infantil. Su sueño de ir a la Luna, una aventura que vivieron juntos muchas veces. Por eso, los momentos más tristes de la película los protagoniza esta especie de elefante rosa cuando pierde su cohete o cuando se sacrifica para que Alegría logre llegar de nuevo a la zona de recuerdos. Y decía que el desenlace más consecuente aunque doloroso se produce con él, porque cuando queda atrapado en el olvido sabes que va a ser difícil, si no imposible, que vuelva porque forma parte de la más tierna infancia de la niña y esos recuerdos son los que más fácilmente se pierden antes. En la vida real, es posible que esas cosas que hacíamos con 3 o 4 años tan sólo nos vengan a la memoria si nuestros padres nos las recuerdan o si vemos alguna foto u objeto que nos haga ponernos sobre la pista. Por eso, salvo que ahora pase algo externo que estimule la memoria de la niña, Bing Bong no va a volver jamás. A nosotros, espectadores, se nos quedará grabada esa última frase que dice: "llévala a la Luna por mí". Me van a volver a asomar las lagrimillas.
Aunque la película me ha encantado y a la vista está por todo lo que estoy escribiendo aquí hoy, también debo ejercer mi crítica del otro lado, el de lo no tan bueno de la obra. Estuve viendo la película en el autocine, al aire libre, sentada en una silla de playa que coloqué delante de mi coche. A mi izquierda tenía a una madre con dos hijos de unos 10 años y una hija adolescente, de unos 16. Fue a esta última a quien no paré de oir sus quejas, pues desde los 10 minutos de película ya afirmaba que se estaba aburriendo. Los comentarios negativos fueron en aumento, hasta afirmar al final que había sido "una mierda de película". No me sentaron nada bien esos comentarios por la forma tan grosera y despectiva en la que los propinó, pero en cierta manera entendí su aburrimiento. Creo firmemente que esta película es para un público emocionalmente maduro, que sepa ver todos esos puntazos que tiene ese mundo cerebral que han creado para la película y que, sobretodo, sepa entender e incluso empatizar con los sentimientos protagonistas. Si no se es capaz de ver todo lo que he explicado antes de las consecuencias naturales de nuestros actos o circunstancias, no se va a entender la película. Para ese tipo de público del que hablo, el personaje de Tristeza bien puede resultar molesto en todo momento, incluso al final cuando se comprende que es necesaria, y entonces no haber pillado el mensaje de la película y haber estado experimentando sentimientos negativos cada vez que salía ella en pantalla, por poner un ejemplo. No sé si me estaré haciendo entender, pero creo que esta película puede causar cierta pereza por ejemplo en adolescentes como la que tenía ayer a mi lado. En el caso de los niños, tampoco creo que entendieran la película, pero se entretendrían con los colores o chascarrillos y bromas de algunos personajes. Por tanto, creo que el grado de madurez emocional va a ser clave para el disfrute de Inside Out. Ojo, no hablo de madurez intelectual ni física, sino madurez emocional, algo que no tiene edad. E independientemente de todo esto, también creo que es una película de las de ver una vez o una vez cada mucho tiempo. Vamos, que no es de esas que no te importaría ponerte una y otra vez. No sé, creo que ya he visto todos los detalles, conozco el desenlace y, por tanto, no siento la necesidad de verla de nuevo, no hay nada que me llame especialmente la atención, a pesar de que todo lo que se han inventado para mostrarnos la mente humana sea brillante y muy ingenioso, como ya he dicho antes. Poco puedo argumentar este último punto porque se trata más de un sentimiento que tuve al terminar la película y del que no me he parado a pensar por qué es así.
Resumiendo, una película que nos muestra que los sentimientos cambian, que no podemos estar constantemente en el mismo estado, sino que hay un equilibrio en nuestra mente que nos hace reaccionar de una manera determinada ante una situación determinada. Las respuestas inesperadas o fuera de lugar se producen por la ausencia de alguno de esos sentimientos, como bien hemos podido ver que sucedía ante la marcha de Alegría y Tristeza. Por otra parte, Inside Out nos ha mostrado un funcionamiento neuronal brillante centrado en sentimientos y recuerdos y nos ha hecho reir y llorar con ellos, haciéndonos incluso reflexionar sobre nuestra propia experiencia. Por poner un ejemplo, ¡cuánta gente se habrá emocionado al ver a un amigo imaginario por allí! En fin, una película de 10, brillante, de las de no poder parar de maravillarse ante los detalles, de las de emocionarse al verse reflejado de alguna manera. Señores de Pixar, me habéis hecho llorar otra vez y eso en vuestro caso es bueno. ¡Muy bien hecho!
¡Hasta el próximo post!
Ains, por fin me digno a pasar a escribir, como te dije hace mil XD No tengo perdón!
ResponderEliminarUff a mi la película me pareció tremenda. El corto sin embargo me pareció insulso. No me gustó mucho, acostumbrada a lo anterior...
Lo que más me gustó de la peli es cómo han montado todo el tema de los sentimientos, de la mente, los recuerdos... Lo de las islas ha sido todo un acierto! Y los actores haciendo los sueños me encantó, lo que me pude reír jaja
Ains, Bing Bong es la parte triste de la peli. Pero siempre tiene que haber una, irremediable.
Te entiendo perfectamente con lo de la chica adolescente. Hay películas que no están hechas para todos los públicos, pero no por el hecho de ser más fuerte o menos, sino porque se necesitan unas características para entender la esencia de ésta. Creo que para el público más infantil, aunque sepan poco de estos términos, y para el público adulto, la peli está perfecta. Anoche me pasó algo parecido. Fuimos al cine a ver Pixels y la sala estaba llena de padres con niños pequeños! Niños de 4 años para arriba. Para empezar la peli es para mayores de 13 porque utiliza un lenguaje soez, bastante palabrotas y frases sexuales, y para terminar hay muchos términos de videojuegos de los 80, personajes y hechos que los niños pequeños no pueden llegar a entender. Pixels no es una peli para niños. Pero hay padres que aún no saben llevar a sus hijos al cine...
En fin, que me desvío XD Inside out me ha encantado de principio a fin. Es simplemente redonda =D