Mi propio pequeño país #28 - Especial Robin Williams

¡Buenos días de domingo!

Hoy os traigo algo diferente como podréis deducir del título de este post. Como ya sabéis, esta semana una noticia nos caía a todos como un jarro de agua fría: el actor Robin Williams había fallecido. Tras la enorme pena inicial conocíamos además que fue un suicidio, otro jarro de agua fría. Este último dato nos da para otra reflexión, pero lo que quiero destacar hoy aquí es que el mundo entero reaccionó de la misma manera al conocer la noticia de su muerte y el homenaje que se le ha hecho creo que es el mayor de cuantos he visto a famosos fallecidos. Permitidme la osadía, pero creo que esta reacción, este gran sentimiento de pena que todos tuvimos y las ganas de rendirle tributo no habrían tenido tal magnitud con cualquier otro actor. Y ya no es sólo porque Robin formara parte de nuestra infancia, es que siempre le hemos visto con un carácter risueño, nos hacía reir, era una persona que transmitía mucho siendo él mismo. Cuando en muchas de sus películas se ponía a hacer el tonto, te dabas cuenta de que era él y no el personaje al que estaba interpretando, o por lo menos esa es la sensación que tengo. Eso es lo que, en mi opinión, hemos perdido con su muerte y ha hecho que medio mundo llore su ausencia. Aun se me ponen los pelos de punta al hablar de él y no soy la única a la que le pasa. Sin embargo, toda esta cara de la moneda ha contrastado radicalmente con el triste desenlace. Me haré eco de unas palabras que leí el otro día sobre él, que le definían como una persona de gran sonrisa pero de ojos tristes. Su peculiar expresión facial a la hora de sonreir ha resultado albergar una batalla interior con fatal desenlace, la persona que más nos ha hecho reir y disfrutar resulta que por dentro se sentía triste. Hay un discurso del personaje de Rorschach en Watchmen que me vino a la cabeza el otro día al confirmarse su suicidio: 

Un hombre va al médico. Le cuenta que está deprimido. Le dice que la vida le parece dura y cruel. Dice que se siente muy solo en este mundo lleno de amenazas donde lo que nos espera es vago e incierto. El doctor le responde "El tratamiento es sencillo. El gran payaso Pagliacci se encuentra esta noche en la ciudad. Vaya a verlo. Eso lo animará". El hombre se echa a llorar. Y dice "Pero, doctor... yo soy Pagliacci" 

 Eso sí, los sentimientos que le hayan empujado a acabar con su vida no han ganado la guerra, porque muy por encima de estas circunstancias está la persona que durante años ha hecho lo que más le gustaba: hacer reir a la gente. Nos ha dado tanto que hoy me sumo a todas esas voces que rinden homenaje a su persona. Bueno, en realidad no puedo hablar de él en singular, porque con Robin Williams se van también muchos otros: la señora Doubtfire, Alan Parrish, Peter Pan, el Genio de la lámpara, el profesor John Keating, etc. 

En fin, quizá lo que encontréis hoy aquí tenga un matiz apesadumbrado, pero pensad que todos los dibujos que vais a ver ahora y muchos más están hechos con el corazón y son prueba de la importancia de un actor cómico como Robin Williams en nuestras vidas. Espero que os guste este pequeño homenaje que le rindo hoy aquí. Como reza una de las viñetas que dejo, "reímos hasta que lloramos". 

 "Vino, atrapó nuestros corazones y luego se fue" (De la película "Mork y Mindy" en la que hace de extraterrestre que viene a la Tierra)

 Tweet de la Academia: "Genio, eres libre" (por su interpretación del Genio en Aladdin)

 Tweet: "Robin Williams no ha muerto, sólo está atrapado en la jungla esperando a que alguien saque un 5 o un 8"

 "Lo echaré más de menos por la vez en la que el tío parecía una señora"

 -Hey, soy la nueva niñera de tu hijo -Pero no he contratado ningún ayudante... Un momento... / -Robin!

"Reímos hasta que lloramos"


¡Hasta el próximo post!