sábado, 23 de enero de 2016

Regreso a Hogwarts #2 - Harry Potter y la Cámara Secreta


Comienza un nuevo curso escolar en Hogwarts y allá que me voy al andén 9 y 3/4 para coger el Expreso de Hogwarts y...¡eh, un momento! ¿qué pasa aquí? ¡no puedo entrar al andén! Con esa misma perplejidad comenzarán Ron Weasley y Harry Potter este segundo año en el colegio de magia más genial que conocemos. Pero antes de que llegue ese 1 de septiembre ya han pasado muchas cosas durante el verano. La visita a la casa de los Weasley, el viaje con polvos flu o conocer al egocéntrico Gilderoy Lockhart en el Callejón Diagón. En apenas dos capítulos, J. K. Rowling nos vuelve a introducir pequeñas pinceladas de magia en nuestra realidad muggle y nos vuelve a meter de lleno en ese mundo mágico en el que descubriremos muchas cosas nuevas a lo largo del curso en Hogwarts. 

En la que ahora Harry comenzará a llamar su vida muggle, un nervioso y preocupado Dobby irrumpe por primera vez en la saga para colarse en la casa de los Dursley y advertir a Harry de que no acuda al colegio durante ese curso porque van a suceder cosas terribles. Comenzará así el primero de los boicots que le hace el elfo doméstico a lo largo del curso para que Harry salga de Hogwarts. Y realmente me parece este uno de los puntos fuertes del libro porque, salvo esta primera intromisión en casa y la que lía con una tarta, no volveremos a saber de Dobby hasta bien avanzado el libro, con lo cual algunas de las cosas extrañas que le pasan a Harry a lo largo del libro no sabemos de quién son obra: el bloqueo del andén 9 y 3/4 o la bludger loca que se vuelve contra él en un partido de quidditch y le rompe un brazo. Tanto este detalle como los que a continuación expondré hicieron que en su día Harry Potter y la Cámara Secreta fuera mi libro favorito de la saga.

Todo lo que fallaba en el primer libro (rápida resolución del final, detalles muy obvios y unas pesquisas detectivescas carentes de emoción) aquí no ocurre. El libro es corto, pero muy intenso y lleno de emoción en cada capítulo. Todo el misterio que hay alrededor del heredero de Slytherin y la Cámara Secreta es algo realmente ingenioso. Además, no sólo estamos ante una trama de investigación en la que hay que reunir las pistas y atar cabos, es que muchas de las cosas que pasan, incluída la resolución final de la trama, son intrínsecas al personaje de Harry Potter, cosa que no ocurrió en La piedra filosofal, cuyo misterio podía haber resuelto cualquier otro alumno del colegio (salvo quizá lo de tocar a Voldemort en la cara y abrasarlo, aunque estando tan débil y en el cuerpo de Quirrel, cualquier otro podía haberlo derrotado con poco). Por ejemplo, el hecho de que hable pársel y pueda escuchar al basilisco ya nos hace saber que hay algo o alguien vagando por el colegio con deseos de matar, además de permitirle entrar en la Cámara Secreta; o el hecho de que Tom Ryddle descubra quién es Harry y que está en el colegio y entonces acelere su plan de destrucción a través del diario porque quiere enfrentarse a él. El caso es que a este libro no le falta de nada y recuerdo que en su día lo disfruté muchísimo porque me mantuvo en vilo hasta el final. La investigación en torno a la Cámara Secreta con los inexplicables ataques a alumnos, la manera en la que nuestro trío favorito va reuniendo pistas poco a poco y el descubrimiento final de los verdaderos culpables de todo me parecen sublimes. Por cierto, la primera vez que leí el libro me quedé patidifusa cuando, con un golpe de varita, las letras que componen el nombre completo de Tom revelan que éste es Lord Voldemort, no me lo esperaba para nada.


Pero una buena trama no se hace sola, necesita unos buenos personajes que la encaucen y la hagan tan atractiva mientras leemos. En primer lugar, el trío protagonista ha hecho más fuerte su amistad y tenemos buena prueba de ello desde el principio, cuando Harry se hospeda los últimos días de verano en La Madriguera, la casa de los Weasley. Y hacia la mitad de la novela, cuando Hermione sea atacada, los dos chicos lo pasarán bastante mal pero lucharán por resolver el misterio para salvar a su amiga. Por otra parte, serán relevantes en la historia otros personajes que ya conocemos, como Hagrid, de quien conoceremos su pasado y por qué fue expulsado de Hogwarts hace 50 años (50+11 años como mínimo para estar en la escuela de magia hacen un mínimo de 61 años que tiene este personaje, aunque siendo medio gigante no son tantos años, pero por un momento mi mente no hizo tal conexión y se asustó). En último lugar, quisiera mencionar a todos esos nuevos personajes que aparecen en este libro por primera vez y hacen que esta saga cobre unas dimensiones enormes desde este libro. Gilderoy Lockhart, Dobby, Lucius Malfoy, Tom Ryddle, Aragog, Myrtle la llorona, el Primer Ministro de Magia (aunque más bien hace un discreto cameo), Ginny Weasley, Arthur Weasley y algunos más que me dejo seguro, todos ellos engrandecen este mundo de fantasía creado por J.K. Rowling. Por cierto, mención especial a los 4 magos fundadores de Hogwarts, quienes tienen una pequeña aparición en este libro cuando se nos habla de la fundación del colegio. Ya conoceremos algo más de ellos, pero de momento esas pocas pinceladas que hay aquí ya nos hacen abrir la boca maravillados.



Como decía en Regreso a Hogwarts #1, releer estos libros sabiendo ya el final de la saga te permite encontrar detalles sorprendentes en ellos, cosas que te hacen pensar que Rowling lo tenía todo muy bien pensado. Los detalles que más me han sorprendido son estos:

-Cuando Harry aparece por error en una tienda de magia oscura cuando viaja con los polvos flu y se esconde en un armario llegan a la tienda Malfoy y su padre, quien va a vender unas cosas para que no se las encuentre el Ministerio de Magia en casa. El caso es que Malfoy se queda mirando cosas por la tienda y su atención se detiene en un collar de ópalo maldito. Si mi memoria no me falla, este será el collar de ópalo que en otro libro posterior Malfoy le hará llegar a una estudiante para crear confusión en el colegio o hacer que culparan a otro, eso no lo recuerdo, pero sé que algo pasa con un collar y me juego lo que queráis a que es el que aparece en este libro. Además, creo que el armario donde aparece Harry es el que tiene un "gemelo" en Hogwarts y a través del cual Malfoy es capaz de pasar cosas en otro libro posterior.

-Esta me ha llegado a la patata por estar relacionada con mi personaje favorito de toda la saga. En un momento dado Ron y Harry están en el despacho de Snape porque los va a castigar o algo así, no recuerdo. El caso es que mientras esperan a que llegue el profesor se quedan mirando el despacho y ven en una estantería detrás de la mesa un tarro de cristal en el que flota en un líquido algo brillante y alargado. ¡Eso es un pensamiento, una memoria! No sé ahora mismo qué recuerdos contendrá, pero desde luego eso es un pensamiento, de cuya existencia y uso sabremos en otros libros.

-Esta quizá no sea tan impresionante como las anteriores, pero no deja de sorprenderme: el sauce boxeador. Cuando Harry y Ron llegan al colegio en coche, aterrizan sobre este árbol que le da una buena paliza al coche. En el próximo libro sabremos qué hace ahí un árbol tan peligroso...

-El diario de Tom Ryddle. Señoras y señores, he aquí un horrocrux y nadie lo sabía en ese momento. Y me da igual si al final resulta que Rowling se sacó lo de los horrocruxes de la manga un día tras haberle funcionado esto del diario, porque lo que de verdad importa es que los metió en la historia y ahora lo del diario queda como toda una genialidad que por entonces no veíamos. 


En fin, fue mi libro favorito entonces y creo que lo vuelve a ser ahora, aunque se disputa el puesto con Harry Potter y el prisionero de Azkaban. Misterio, investigación, historia de Hogwarts, nuevos y muy carismáticos personajes, un primer vistazo a lo que serán los horrocruxes, un Lord Voldemort en su época de estudiante y unos finales de capítulo que enganchan una barbaridad. A este libro no le falta de nada. Por no faltar, no le faltan ni los tongazos de Dumbledore, cuya maniobra fraudulenta con los puntos de las casas al final del libro vuelve a ser escandalosa. De las barbas, por no decir de otro sitio, se saca de repente la cantidad de 200 puntos para Ron y Harry cada uno por meterse en la Cámara Secreta y hacer frente al basilisco y a Tom. Es que hasta en el libro pone algo así como "y con los 400 puntos que les dio Dumbledore tenían la Copa de Casas asegurada"...¡escandaloso! Pues nada, me quedo con la última frase del libro en la que Rowling nos dice que Harry volvió al mundo muggle. Pero ahí no es donde me voy yo ahora, sino que voy a seguir en el mundo mágico y a leer qué les depara ahora a Harry y compañía.

¡Hasta el próximo curso en Hogwarts!

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