Libro: "Akhenatón, el rey hereje" de Naguib Mahfuz

Tengo bastante mala memoria para recordar detalles de los libros que leo, pues son tantas las obras a las que les hinco el diente a lo largo del año que me es imposible recordarlo todo al dedillo. Eso sí, me quedo con las cosas importantes, con los aspectos que consiguen llegarme adentro y transmitirme algo. Y es en esa tesitura en la que vengo a hablaros hoy de un libro que he leído recientemente: Akhenatón, el rey hereje de Naguib Mahfuz. 

Es esta una obra con muchos puntos de vista. Tenemos un capítulo inicial en el que un jóven, curioso, decide conocer la historia de aquel al que llaman el rey hereje, Akhenatón. Para ello se servirá de los testimonios de distintas personas que estuvieron cerca del gobernante egipcio durante su vida, como su médico, el jefe de la guardia, su esposa Nefertiti, su sacerdote, su consejero, etc. Ellos nos hablarán del antes, durante y después de su reinado, ocupando cada uno de estos testimonios un capítulo. Al final, cuando tanto el jóven que escribe como nosotros hayamos escuchado o leído lo que tienen que decirnos, cada uno sacará sus propias conclusiones sobre la figura de este faraón. Y ahí es donde reside la belleza de esta obra, en mi opinión.

Me vais a permitir que os cite el pasaje que más me ha gustado del libro y que está al principio del mismo. Enseguida veréis por qué es lo que más destaco de la obra por encima de los fallos que pueda tener.

-Tú mismo has escogido tu camino, Miri-Mon [...] guárdate de la ira del poderoso o de insultar a la prostituta, sé como la historia, que escucha a todo el que habla sin inclinarse ante nadie, para luego entregar la pura verdad a los que observan. 

Me alegré de abandonar la inactividad y adentrarme en el flujo de la historia, que no conoce principio ni fin, y que añade a su curso todo lo que merece la pena, en una ola persistente de amor a la verdad eterna...

Esta cita se encuentra en un capítulo que tiene por nombre "El origen de la historia". Esa h está en minúscula porque se refiere a por qué Miri-Mon decide conocer la vida de Akhenatón, pero bien podría estar en mayúscula y hacer referencia a esa rama del saber cuyo nacimiento y propósito está en la verdad, y ésta a su vez reside en las dos caras de la misma moneda. Siempre se ha dicho aquello de que la Historia la cuentan los vencedores, también que según estemos en un lado u otro veremos sólo aquello que queremos ver, por eso me ha parecido de gran interés este libro que, con tremenda sencillez, ha venido a decirnos que debemos escuchar siempre las dos versiones de la misma historia y entonces sacar conclusiones. ¿Estaba loco Akhenatón? ¿Su creencia en su propio dios le volvió ciego ante la verdad? ¿o era una persona sensata y bondadosa que quería dar un paso más en la libertad de creencias? y muchas más preguntas que podría lanzar sobre su persona. 

Me reservo mis propias conclusiones sobre ese Akhenatón de la novela, pero me rompo en elogios hacia el ingenio de Mahfuz a la hora de escribir esta obra. A un lado dejo la veracidad de los hechos expuestos, pues no tengo grandes conocimientos sobre la Historia de Egipto, pero como lectora he sentido que se me ha dado la oportunidad de formar mi propia opinión del personaje con todos los datos recabados. En muchos casos la información que se ofrecía coincidía en varios testimonios, con lo cual daba la impresión de estar leyendo otra vez lo mismo, pero hasta en ese defecto yo veo una virtud, y es que Mahfuz ha querido que toda opinión cuente, aunque signifique repetir de nuevo algunos aspectos. Por último, también admito que la obra puede resultar pesada en algunas partes porque se nos da excesiva información, pero en conjunto he hecho una lectura rápida y me ha resultado amena. 

Resumiendo, una obra cuyas bases pueden trasladarse a cualquier otro aspecto de la vida, pues antes de ejercer la subjetividad y emitir un juicio debemos ser objetivos y recoger información desde todos los ángulos. Os recomiendo, por tanto, esta obra de Mahfuz.

¡Hasta el próximo post!