Ciclo de cine: Hayao Miyazaki

Hace unas semanas estaba con unos amigos en un bar hablando de cine asiático y salió el tema de las películas de Studio Ghibli. Mis amigos empezaron a destacar sobretodo las películas dirigidas por Hayao Miyazaki y una servidora no pudo seguir la conversación, pues no había visto mas que dos películas (La Princesa Mononoke y El viaje de Chihiro) hace mucho tiempo y mal. Ese mismo día al llegar a casa, me prometí ir viéndolas en los días venideros. Hoy estoy aquí con gran orgullo para deciros que ya he visto todas las películas de Miyazaki como director. Bueno, en realidad la última de todas, la del año pasado, El viento se levanta, no la he podido encontrar por ningún sitio para verla, pero doy por concluído el ciclo. Voy ahora a hacer mi especie de reseña de todas esas películas. Las pondré en orden de visionado, que coincide cronológicamente con su estreno.

1. Nausicaä del valle del viento (1984)

Después de 8 películas más, esta sigue siendo mi favorita de todas. Quizá influya el hecho de que fue la primera que vi en este ciclo y al ser tan buena la recuerdo todavía con más dulzura, no lo sé, pero es mi favorita. Os hablé aquí de ella en cuanto terminé de verla, así que ahora seré breve. ¿Qué tiene para ser mi favorita? 

Todas las protagonistas (porque la mayoría son chicas) de estas obras de Miyazaki son puras de corazón, no caen en la tentación a pesar de que ésta pasa por delante suya cada dos por tres, se mantienen fieles a sus principios y actuan siempre de acuerdo a ellos. Todo eso es algo digno de admiración y en la protagonista de esta historia, Nausicaä, creo haber visto eso multiplicado por mil. Así pues, partiendo de la base de que tenemos una heroína muy bella por dentro, lo demás es coser y cantar. 

La peli nos va a ofrecer una particular visión del mundo y del ser humano que no dejará indiferente a nadie. Y aquí quisiera comentar una cosa que he estado viendo en estas películas. Cuando Miyazaki quiere que veamos bien algo, lo dibuja gigante. Aquí son los insectos quienes son gigantes, dando un giro a nuestra apreciación del mundo, pues ahora eso que nos parece insignificante, molesto y asqueroso, será muchísimo más grande que nosotros, dándole la vuelta a esos roles de dominante-dominado y haciéndonos ver que la hostilidad es siempre cosa nuestra, por muy pequeños e insignificantes que seamos. El ser humano es así por naturaleza, siempre buscamos las cosas malas antes que las buenas. Genial Miyazaki en ese sentido. Creo que es aquí donde reside mi admiración por la película. Ese momento en el que por primera vez Nausicaä y el Om (insecto gigante) empatizan con una música de fondo preciosa me hizo saber que estaba ante una historia que buscaba precisamente eso, la comprensión mutua, el abandono de la hostilidad injustificada y la convivencia pacífica. Precioso. Le doy un 10, a pesar de las imperfecciones que tiene la película, pero es muy especial.

Os dejo un vídeo de una orquesta interpretando algunos de los temas de la película. Lo tengo de fondo mientras escribo y tengo los pelos de punta. ¡Qué preciosidad! (En el 5:50 saldrá mi parte favorita, ese "lalala" tan rebonico y de cuya escena hacía alusión antes).

2. Laputa: un castillo en el cielo (1986)

Esta película no terminó de impresionarme, aunque tiene partes preciosas. El título hace alusión a la isla flotante de Jonathan Swift en su obra Los viajes de Gulliver. Aunque en el libro Laputa hacía referencia a la explotación de Irlanda por parte de Inglaterra en el siglo XVIII, aquí en la película, además del nombre, sólo compartirá su característica más esencial: será una isla flotante en el cielo con un diamante central que será el responsable de su movimiento. A partir de ahí, la Laputa de Swift y de Miyazaki tomarán caminos distintos.

En la película veremos a dos bandos intentando hacerse con la piedra mágica que tiene Sheeta, la niña protagonista. El motivo es porque quieren saber dónde está el misterioso castillo flotante de Laputa, lugar que alberga las mayores riquezas y tesoros del mundo. Al final todos llegarán al castillo y encontrarán tesoros diferentes. Me explico. Los niños verán el hermoso corazón verde de la isla: un enorme árbol rodeado de un entorno natural precioso, habitado por unas especies animales nunca vistas. Unos enormes robots serán los guardianes que custodien toda esa naturaleza. Por otro lado, aquellos que cegados por la avaricia sólo desean bienes materiales encontrarán numerosas joyas, monedas de oro y un diamante central muy codiciado. Será toda esa avaricia la que destruya Laputa.

El simbolismo de la película está bastante bien pensado, pero la película acaba resultando demasiado larga y pesada. Además, a título personal, no me gustó que los piratas se llevaran el tesoro de Laputa. Sí es cierto que estos personajes son los que experimentaron el cambio más grande, pues su codicia inicial se fue disipando hasta dar paso al amor por los demás. Pasaron de ser unos piratas malvados a ser amigos de los niños protagonistas y a ayudarlos. Van al castillo para saquearlo, pero el ejército acaba con sus planes y los hace prisioneros. Al final conseguirán salvar a los niños y huir todos, no sin antes haberse llevado todas las joyas sustraidas al ejército. Y es ese último detalle el que no me ha gustado, porque si escapas a la tentación, escapas de verdad y con el más valioso de los tesoros: la amistad. En una peli con tantas metáforas creo que ese detalle sobraba. En fin, a esta le doy un 7.

3. Mi vecino Totoro (1988)

Tras terminar de verla no dejé de preguntarme cómo no la había visto antes, cómo con un personaje tan aparentemente mono y tan omnipresente todos estos años no me había entrado aun la curiosidad por ver la película. Y es que, ¡qué película más bonita! Confieso que alguna que otra lagrimilla hubo.

La película no es ostentosa, es más bien sencilla. Con poquito se han marcado en Studio Ghibli un peliculón. Una familia formada por un padre y dos niñas que se van a vivir a un sitio nuevo y cuya madre está enferma. Esas niñas necesitarán un gran apoyo para afrontar esos difíciles momentos, pues al estado de su madre hay que sumarle que se alejan de ella y van a un lugar completamente nuevo lejos de amigos. Así pues, Totoro aparecerá por ser algo que ellas realmente necesitan para evadirse de la dura realidad. Y como así de sencilla es la película, así de sencillo será mi comentario aquí. Aunque si queréis saber más, ya hablé de ella hace unos días. Le doy un 9.

4. Nicky, la aprendiz de bruja (1989)

Otra película poco ambiciosa y sencilla que con apenas nada te entretiene, gusta y consigue arrancarte una sonrisa. Trata de una niña bruja que al cumplir los 13 debe pasar un año lejos de su casa para instruirse en la brujería. En su viaje irá a parar a una ciudad y trabajará en una panadería haciendo de chica de los recados, llevando los encargos volando en su escoba. Ya está, no hay más. Eso sí, la película nos regalará momentos muy emotivos como cuando la pequeña Nicky va a casa de una anciana y, además de realizar su encargo, se quedará a ayudar y dar compañía a la mujer.

Durante esa estancia lejos de casa Nicky crecerá como persona y como bruja, se encontrará con ella misma, reflexionará acerca de lo que quiere ser en la vida y aprenderá a valorar lo que tiene a su alrededor. Y todo ello será junto a unos personajes secundarios geniales, como el gato negro que la acompaña siempre o el niño que quiere volar con sus invenciones, por no hablar de la panadera que la acoge en casa o de la anciana y su criada que se muestran tan bondadosas con ella. En fin, me ha encantado volar junto a Nicky. Le doy un 8.

5. Porco Rosso (1992)

Aquí he de ser sincera y decir que no me ha gustado demasiado la película. Para mi gusto no terminaba de arrancar. Estaba esperando que pasara algo más y al ver que llevaba ya una hora y no pasaba nada, terminé aceptando que en realidad no iba a pasar nada, que la historia era lo que estaba viendo. Pese a todo, también he de decir que precisamente por estar esperando que pasara algo, la película se me pasó muy rápido, no fue pesado su visionado.

Un cerdo piloto al que todos llaman Porco Rosso. En realidad es un hombre que, no sabemos cómo, se acabó transformando en cerdo. Hay una parte muy emotiva en la película en la que lo vemos siendo un hombre y combatiendo en la 1ª Guerra Mundial en un avión italiano, viendo morir a pilotos de uno y otro bando y siendo testigo de la muerte de su mejor amigo. Es lo único que sabemos de su pasado justo antes de convertirse en un cerdo. Atrás dejaba familia, amigos y amor, cosa que sabemos a través de la cantante del bar, quien nos confiesa haber estado esperándolo siempre. Pero los horrores de la guerra no dejan indiferente a nadie, por eso Porco Rosso es un personaje que ha abandonado su vida anterior y vaga solitario haciendo las veces de cazarrecompensas.

Como habéis visto, el fondo de la peli es bastante bueno, pero a partir de ahí la película se me fue escapando lentamente. Quería ver y saber más, pero lo único que me encontré fue un argumento un tanto flojo: los piratas, cansados de que Porco Rosso frustre sus planes de pillaje y saqueo, deciden contratar a un piloto americano para que rivalice con él. Sí, habrá una especia de carrera de aviones al final como para demostrar quién es más hombre y ganar el amor de una muchacha (esta parte me desconcertó. La chica era una adolescente e ingeniera aérea que parece ser que se enamora de Porco Rosso y de la que también parece ser que el americano se enamora. O yo estaba corta de luces y no lo pillé, o de verdad la peli por ahí se pierde y es demasiado forzada, porque yo no vi amor por ninguna parte). En fin, demasiado difusa para mi gusto. Le doy un 6..

6. La Princesa Mononoke (1997)

Tenía vagos recuerdos de la primera y única vez que había visto esta película. Me acordaba más de la música de su banda sonora que de la historia en sí. Me alegro de haberla vuelto a ver porque he descubierto una película nueva y muy bonita.

De nuevo un paisaje genial acompañado de una banda sonora excepcional y una historia con un gran mensaje sobre la naturaleza y el mundo que nos rodea, como ocurrió con Nausicaä. Aunque quizá esta vez las metáforas se conviertan en algo mucho más grande, incluso materializándose en personajes concretos. Es precioso ese espíritu del bosque con forma parecida a un ciervo que vaga con maestría por entre la naturaleza y que por la noche se hace grande y lo ilumina todo. Es curioso ver una vez más cómo los hombres se empeñan por arrebatarle su cabeza, por destruir lo bello sin importarles las consecuencias. Y no sólo querrán su cabeza, sino que se empeñarán en destruir el bosque lo que haga falta sólo para que su ciudad prospere. Serán los animales del bosque quienes se pongan enmedio e intenten frenar a su principal enemigo. Pero cuidado, porque muchos se enfrentarán con odio y éste se transforma en una especie de gusanos que se apoderan de quienes más odio sienten, en este caso los jabalíes. En definitiva, amor y odio, bondad y maldad, tomarán forma física y estarán presentes en la historia. Serán San (la princesa Mononoke) y Ashitaka (un príncipe) quienes den la cara por uno y otro bando e intenten calmar los ánimos, consiguiendo al final la paz. Un historia que bien vale un 9.

7. El viaje de Chihiro (2001)

Otra que ya había visto en su día, pero cuyos recuerdos no eran tan agradables, pues me venían a la cabeza imágenes oscuras y agobiantes. Y es que al principio, cuando Chihiro se ve atrapada en un mundo extraño, yo también sentí el mismo miedo y agobio que siente ella. Y se ve que con eso me quedé, no supe apreciar lo bueno que había después. Incluso me daban miedo la bruja y el bebé gigantes, no entendía por qué eran así. Ahora ya lo sé. Lo he dicho antes, cuando Miyazaki quiere destacar algo, lo muestra gigante. En este caso, para mi punto de vista, ha querido destacar un poco la estupidez humana (en el caso del bebé que lo quiere todo y no le importa nada ni nadie) y de nuevo la dualidad bondad-maldad (en el caso de las dos brujas gemelas, una mala, egoísta; y otra buena, generosa). Será que he visto más cine y estoy más abierta a recibir e interpretar metáforas, pero en esta ocasión he disfrutado muchísimo de El viaje de Chihiro, cosa que no ocurrió para nada la primera vez.

La película nos muestra cómo una niña se adentrará en un mundo espiritual y saldrá de allí habiendo experimentado un cambio, un abandono de la niñez que deja paso a una nueva vida con más responsabilidades, más adulta. Será tentada en todo momento, pero nunca sucumbirá a todos esos bienes materiales que en realidad no te llenan el alma. Aprenderá también a enfrentarse a sus miedos y se convertirá en una persona más fuerte que la que entró siendo. En este viaje además estará presente de nuevo la crítica de la relación naturaleza-ser humano. Por ejemplo, Miyazaki nos hablará de nuevo de contaminación, pues aparecerá un alma apestosa que resultará ser un precioso dios del río que estaba lleno de basura. Momentazo.

En fin, un viaje que me recordaba un poco a aquel de Alicia en el País de las Maravillas, solo que aquí la protagonista no es una niña engreída y estúpida, sino una persona honrada y humilde. Se ha ganado mi 9.

8. El castillo ambulante (2004)

Una película que me robó el corazón. Me ha costado mucho decidirme entre El castillo ambulante y Nausicaä del valle del viento porque ambas son magníficas, preciosas. Al final he elegido la otra como mi favorita, pero quiero dejar claro que las tengo a ambas a la misma altura. Es más, las acabo de ver y ya estoy deseando verlas otra vez.

El castillo ambulante no sólo es una historia de amor bonita, sino que además tiene unos dibujos que te dejan con la boca abierta toda la película. La animación es brutal, cuando se mueve el castillo parece de verdad. Encima los escenarios son muy coloridos, algunos incluso llenos de objetos, con lo cual los dibujos son todavía más llamativos.

En cuanto a la historia, me recordaba en ocasiones a La Bella y la Bestia, por aquello de haber personas encantadas y convertidas en objetos, o por tener a una mujer en el castillo que de repente traía una paz y tranquilidad nuevas en ese espacio. Además, le añadimos que el señor del castillo es un poco engreído y además se convierte en un pájaro que da un poco de miedo. Para nada es una historia de amor como aquella, pero el contexto sí creo que compartía cosas. En cualquier caso, la lucha interna de cada personaje y cómo se desarrollará la historia me hacen decir que ha sido una película genial.

Un príncipe engreído, mujeriego, presumido, al que sólo le importa su apariencia física. Tendrá que ser Sophie, convertida en anciana, quien le muestre lo verdaderamente importante en la vida. Ella también experimentará un gran cambio, pues empezaba siendo un poco antisocial y solitaria y de repente, al convertirse en anciana, empezará a apreciar más el regalo de la vida, lo valioso del tiempo y cómo aprovecharlo al máximo. A estos dos personajes principales hay que sumarles toda una serie de secundarios que me han robado el corazón, como el espantapájaros, Calcifer el fuego, el niño o hasta la bruja del Páramo. A esta le doy otro merecido 10.

9. Ponyo en el acantilado (2008)

Igual es que El castillo ambulante dejó el listón muy alto, pero Ponyo en el acantilado no me ha gustado demasiado. Méritos para la nota tan baja que le voy a poner ha hecho.

Al igual que con Porco Rosso, la película llevaba una hora y no sabía bien hacia dónde iba, no había pasado nada tremendamente especial y seguía esperándolo. En realidad es que la película no tiene nada del otro mundo. Ponyo, una pez muy rebonica, se escapa y su padre la persigue. A priori parece el malo de la peli, pero luego te das cuenta de que no lo es. ¿Entonces? Sí, todavía me lo sigo preguntando, ¿entonces qué trama es esa si no hay peligros que acechen? Es simplemente un pez que se escapa, se hace amiga de un niño, quiere convertirse en niña y para ello mueve el mar de tal manera que acaba atrayendo a la Luna, cambiando las mareas y liándola parda. Al final se trata de que todos la encuentren y la convenzan para que sea niña o pez pero que se deje de ir moviendo el mar. Sigo preguntándome, ¿qué película he visto?

Eso sí, Ponyo es monísima en cualquiera de sus estados, siendo pez, medio pez (o pollito, que me parece más eso) o humana. Quizá sea un poco cansina, con tanto insistir en que el niño le haga caso (pobrete lo que aguanta), con tanto pedir jamón o con tanto mirar las cosas con una curiosidad que a veces da miedo (cuando se acerca tanto a ese bebé e incluso le aprieta los mofletes), pero no he llegado al punto de que me sature. Creo que en realidad estaba dejándome atrapar por tanta monosidad por darle un sentido a la película. Ésta tiene algunas cosas buenas, como una vez más ese respeto por la naturaleza, en este caso marina; y unos niños protagonistas muy simpáticos. Pero no le he sabido encontrar nada más, y no le achaco el desastre a la mala calidad del dibujo, sino a no haber nada en la historia que me haya cautivado. Por eso le doy un 5 y gracias. Eso sí, la cancioncita del final me ha hecho caer la baba, ahí tenéis el vídeo:




Y hasta aquí mi opinión sobre este ciclo Miyazaki. Os espero en los comentarios para que me déis vuestra opinión de estas películas y me digáis si coincidís conmigo o no. Estoy deseando ahora hincarle el diente al resto de películas de Studio Ghibli. Tendréis noticias.

¡Hasta el próximo post!