viernes, 25 de julio de 2014

Serie: Castle

Antes de que se me olvide, la próxima entrada que escriba será la número 100 y quiero que sea algo especial, así que estoy rumiando un poco la idea de hacer algún sorteo...mmmm..... ya veremos...


Bueno, hoy vengo a hablaros de una serie que comencé a ver esta misma semana. Estoy de vacaciones, sin nada que hacer y soy anti-playa, así que me paso las horas viendo alguna serie en el ordenador. Esta semana me dio por empezar Castle. De primeras no me llamaba nada, pero el primer episodio me atrapó en sus redes. Iba de unos asesinatos que estaba investigando la policía y que eran iguales a los de las novelas de un famoso escritor de novelas de asesinato y misterio, Richard Castle, (Nathan Fillion, actor que me encanta en todo lo que hace). Asi pues, la policía necesita la ayuda del escritor, quien les resuelve la mayor parte del caso. Como ha sido de gran ayuda, con la excusa de querer observar a la policía y documentarse para sus novelas, Castle acaba junto a la inspectora Beckett para acompañarla en sus investigaciones. A partir de aquí veremos en cada episodio un crimen que resolver, no hay más...¿o sí?

Este post bien lo podría haber titulado "La panzada que me he dado a ver capítulos de Castle para ver cuándo se enrollan los protagonistas". Y es que en esta serie, además de aparecer unos casos interesantísimos y muy currados, el hilo conductor es la trama entre los protagonistas. Desde el minuto uno sabemos que hay química entre ellos y hacen una pareja genial, pero ninguno de los dos se atreve a dar ningún paso adelante y al final se les escapa el otro de las manos. Y así estoy, 2 temporadas y media vistas,  no paran de salirles a ambos novietes de 4 capítulos y a mí ya no me van a quedar más pelos de los que tirarme ni uñas que morderme. Ese es el secreto de Castle, insinuarte con que van a darte lo que quieres ver, hacer amagos y luego no darte nada. Con todo esto me pregunto, ¿hacen bien los guionistas de la serie en dosificar tantísimo la relación de estos dos? Quizá es que la estoy viendo de tirón, pero lo que al principio me parecía acertado, ahora no me lo parece tanto. Me explico. Está bien que no vayan a saco, que se vayan reservando lo bueno para más adelante, pero es que van apareciendo obstáculos, personajes que se interponen en la relación de dos personas que sabes que acabarán juntas seguro (creo que ya lo están a día de hoy según me he spoileado) y la historia se repite una y otra vez sin que nada ocurra. Así que os lanzo la  misma pregunta a quienes sigáis esta serie (y seguro que habéis visto mucho más que yo). 

Quitando mi visión romántica y ñoña de la serie, me encantan los casos que investigan, sobretodo porque algunos episodios se adentran en temas interesantes, como el club de Steampunk al que van o el aquelarre de vampiros que visitan. Además, los personajes fijos (la policía y la familia del escritor) son geniales. Nathan Fillion es un friki de cuidado y lo demuestra en cada episodio. En uno de ellos se disfraza de vaquero espacial con el mismo traje que llevaba él en Firefly. Genial. 

En fin, poco más que añadir porque voy por la mitad de la temporada 3. Al ritmo al que voy estaré al día la semana que viene seguro y podré hablaros más y mejor de la serie. Espero no ser la única loca que se ha enganchado a la relación amorosa que plantea esta serie jejejeje. Decidme que no en los comentarios, aunque sea mentira jajajaja. 

¡Hasta el próximo post!


1 comentario:

  1. Es que la tensión sexual no resuelta es el pan de cada día en muchas series. Es verdad que lo bueno se hace esperar, pero algunas veces se pasan demasiado.

    Te aseguro que no eres la única loca, porque yo me enganché a la serie en gran parte por la química entre los protagonistas :)

    Saludos!

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