sábado, 12 de marzo de 2016

Terry Pratchett para principiantes o de cómo me enamoré del Mundodisco

"La imaginación, no la inteligencia, es lo que nos hace humanos"

Había oído mencionar a Terry Pratchett en mi época de instituto, unas compañeras de clase lo leían allí a menudo, en las horas de recreo o cuando dábamos la llamada asignatura de "alternativa a la religión". Por eso, aunque el Mundodisco me quedara aun muy lejano, el nombre de Pratchett no me era desconocido. Eso sí, no sé qué conversación con ellas me hizo pensar que se trataba de una mujer escritora, el nombre de Terry me resultaba un tanto ambiguo. Pasaron los años y mi vida lectora anduvo por muchos caminos e incluso altibajos, pero nunca pasé por la obra de Pratchett, aunque sí salí del error y descubrí en algún momento dado que quien yo daba por mujer era en realidad un señor con barba, gafas y sombrero. Entonces, hará un par de años, comencé a asistir a un club de lectura y su nombre salió de nuevo. Volví a acordarme de mis compañeras del instituto y pensé que quizá había llegado el momento de saber qué sentían ellas, averiguar por qué se traían los libros a clase, qué las tenía tan enfrascadas en la lectura y, en definitiva, qué tenía este hombre para desatar tantas pasiones lectoras. Acababan de sacar una edición de El color de la magia por 1'95 euros, así que lo compré y lo comencé a leer. Aquello fue un completo desastre. Señoras y señores que estáis aquí leyéndome por aquello de "Pratchett para principiantes" que menciono en el título de este post, si no habéis leído a este hombre quizá os convenga no comenzar por el primer libro de la saga del Mundodisco, ahora veréis por qué. Lo que vais a leer ahora aquí es mi experiencia leyendo a Pratchett, una historia que empieza con muy mal pie pero que acaba muy bien, tanto que os suplico que os quedéis para conocerla y para que os entre el gusanillo de descubrir a un autor que os va a aportar muchísimas cosas y todas buenas. 


Sigo con mi historia. Veréis, me cansé enseguida de El color de la magia. Aquel planteamiento de los dioses jugando con nosotros, los peones de su tablero, me gustó mucho, pero la lectura me resultaba muy confusa y no me enganchó para nada. Sí, el Mundodisco en sí me resultaba atrayente y peculiar, aquello de un mundo sobre cuatro elefantes que a su vez estaban sobre una tortuga gigante molaba mucho. Pero creo que no llegué ni a la mitad de la historia, aquello no era para nada lo que esperaba, no veía la magia del título por ninguna parte metafóricamente hablando y no había sentido más que frustración por haberme perdido en la lectura. Mis compañeras del instituto se me antojaron bichos raros por primera vez. ¿Cómo podían estar tan enganchadas? ¿Qué tenía aquello? ¡Pero si no había capítulos! ¡Y todo era un continuo irse por las ramas! Por ahí se fue la magia y el libro, a la estantería de vuelta. 

Pasaron los meses y en el club de lectura del que os hablaba la mayoría de asistentes decidió leer Papá Puerco. Ahí es cuando supe que los libros de esta saga del Mundodisco podían leerse independientemente, que aunque no se conociera a los personajes, al menos sí podían seguirse las historias de manera independiente, más o menos. Habían sido personas expertas en Pratchett quienes habían elegido el libro, así que confié en ellos. Y sí, me gustó mucho la historia a pesar de no conocer a muchos personajes y perderme con algunas referencias, pero en general el libro contaba algo que me pareció una verdadera vuelta de tuerca y me hizo aplaudir la originalidad de este hombre. Pero había un pero. De nuevo la lectura carecía de pausas, no había capítulos, y de nuevo Pratchett se iba por las ramas, añadiendo notas larguísimas a pie de página incluso. Un 7 con cierto sabor agridulce le puse a este libro, pero al menos había medio hecho las paces con Pratchett tras lo sucedido con El color de la magia. Entonces pasó algo que cambió mi experiencia con Pratchett para siempre. Más bien, apareció alguien,  un lector empedernido de Pratchett a quien mi nota de 7 sobre 10 puntos le sorprendió mucho y no dejaba de preguntarse por qué. Se trataba de Marco de Canal Osera, a quien no dejaré jamás de agradecerle lo que hizo: me recomendó el libro adecuado

Todos los lectores del Mundodisco con los que he hablado últimamente coinciden conmigo en que los comienzos de la saga son un tanto peliagudos y que, sobretodo, sumados al peculiar estilo de este hombre pueden provocar cierto rechazo en algunos lectores. Aquí me tenéis como prueba de ello. Sin embargo, cuando se produce el flechazo con cualquier (otro) libro de la saga, entonces ya no podremos ni querremos salir del Mundodisco nunca y comenzaremos a ver el particular estilo de escritura que tiene con otros ojos más tolerantes y comprensivos. Es lo que me ha pasado a mí y por eso quiero hoy compartir tanto rollo repollo con vosotros, porque quiero que sintáis también ese flechazo y que, si no viene tras el primer intento, ni el segundo, ni cuando uno espera, sí llegue en algún momento dado con el que será vuestro libro con mayúsculas, EL LIBRO. Hay muchos con los que se puede producir este milagro literario, incluso puede que a muchos de vosotros os pase ya desde El color de la magia si decidís empezar por el principio. Para gustos, los colores, y MI LIBRO no es otro que ¡Guardias! ¡Guardias! 


Sí, vuelvo a Marco, que lo he dejado aparcado hace un párrafo y una foto y me he ido por las ramas. ¡Anda, mira! ¡Como Pratchett! Sí, ya paro. Sigo. Cuando Marco me preguntó acerca de mi 7 para Papá Puerco le conté todas estas desventuras que os estoy contando ahora. Entendió lo que me había pasado y entonces me recomendó no empezar por el principio, sino comenzar por una de las sagas que a él más le gustaban, la de la Guardia. Sí, fue entonces cuando también descubrí que las novelas del Mundodisco se agrupaban por sagas: la de los magos, la de las brujas, la de la guardia, etc. Bueno, poner el "etc" al final de esta enumeración es por hacer bonito, porque si os soy sincera no sé qué más sagas hay, todavía soy un poco novata en el Mundodisco y no me ha dado tiempo a descubrirlo. El caso es que su recomendación era comenzar por ¡Guardias! ¡Guardias! y no tardé demasiado en hacerle caso y bajar a la biblioteca a por el libro. Y así fue como surgió el flechazo, mi flechazo. Habiendo leído ahora muchos más libros del Mundodisco y habiendo vuelto a darle una segunda oportunidad a El color de la magia, no es que Pratchett comience mal su famosa saga, es más bien una cuestión de gustos y a mí no supo cautivarme o yo no me dejé cautivar, quizá no era el momento. El estilo de este hombre en esa saga es muy peculiar (en el resto de sus novelas no lo sé porque aun no las he leído), así que tiene que producirse un mutuo entendimiento y eso no me sucedió con el primer libro de la saga, sino con el octavo. Pero más vale tarde que nunca, por eso en esta historia Marco tiene un papel muy importante, porque de no ser por él me habría perdido el que fue mi gran descubrimiento el año pasado, me habría seguido quedando con una visión un tanto confusa del Mundodisco. Desde aquí, mil gracias. Y espero estar ahora siguiendo la cadena de favores de la vida y haciéndole un bien al mundo si gracias a este post tonto alguien descubre a Terry Pratchett también. Él ya no va a volver, pero creo que su legado le hace mucho bien al mundo, nos hace ser mejores y tener más imaginación. 

Bajándome de la nube a la que me acabo de subir pensando en lo que os acabo de decir, sigo con mi historia. Con ¡Guardias! ¡Guardias! me adentré en el Mundodisco, bueno, más bien en la ciudad de Ankh-Morpork, de la mano de Zanahoria, un jóven de dos metros de alto y de raza enana (¿?) que iba a la ciudad para alistarse en la Guardia. Allí conocimos los dos al comandante Sam Vimes, un personaje que no deja indiferente a nadie y que libro a libro se ha ido creciendo de una manera bárbara hasta convertirse en uno de mis personajes favoritos de la literatura. El caso es que a partir de aquí emprendí el viaje hasta el final. Tenía una imagen que descargué de internet en donde se ordenaban los libros por sagas, así que tras ¡Guardias! ¡Guardias! pasé a Hombres de Armas, luego a Pies de barro, después a ¡Voto a bríos!, seguido de El quinto elefante, al que le siguió Ronda de noche, más tarde llegaría el magnífico ¡Zas! y por último Snuff cerraba esta genial saga. Los devoré, a un ritmo que se interrumpió un poco cuando caí enferma y en el hospital, pero los devoré. Lo importante aquí era la necesidad que se me creaba cada vez que terminaba un libro de ir cuanto antes a por el siguiente. Era como una droga, necesitaba más. Y leía como en una burbuja, ajena a lo más doloroso de todo, que es que ya nunca habría una continuación ni de esta saga ni del Mundodisco en general. Cuando terminé de leer Snuff de pronto la realidad me estalló en la cara, me di cuenta de la verdadera magnitud de algo que había ocurrido meses antes, el 12 de marzo de 2015. Terry Pratchett había muerto y ya no continuaría su obra. 

Hoy hace un año que apenas había terminado de leer ¡Guardias! ¡Guardias! y bajé a la biblioteca a por otro libro suyo tras conocer la noticia de su muerte unos minutos antes. Me sentía todavía una auténtica ignorante de su obra y, lo que es más, en ese momento me sentía mal, no por su muerte, sino por no sentir el gran pesar que sentían todos, no comprendía la verdadera magnitud de la noticia, el dolor de sus lectores, cómo se le partía el alma a muchas personas como a mis compañeras de instituto cuando se enteraron de la triste noticia y se les vinieron a la memoria tantos buenos recuerdos leyendo sus libros. Ahora lo entiendo todo, ahora soy yo la que siente lo mismo que todos sintieron hace un año porque ahora sí soy parte de esa legión de lectores cuando hace un año me veía como una completa extraña entre ellos. 

"¿No sabes que un hombre no está muerto mientras se siga hablando de él?"

En fin, tan sólo me queda reiterar mi empeño en que busquéis VUESTRO LIBRO de Pratchett si todavía no lo conocéis. Y también me queda dar las gracias a todas esas personas que se han cruzado en mi vida y que de alguna manera la han cambiado para bien, para mejor, entre ellas todos los que he mencionado aquí en este post porque poco a poco me fueron señalando el camino que debía seguir y, por supuesto, gracias a Terry Pratchett por compartir con el mundo una visión diferente de la vida y, además, de la muerte. Me vais a permitir que termine este post con las últimas palabras que dejó preparadas para todos nosotros y que evidencian lo grande que era y es. Por si sois principiantes, lo único que debéis saber es que uno de sus mejores personajes junto a Sam Vimes era La Muerte y que todo lo que ésta decía estaba escrito en mayúsculas en los libros.

-AT LAST, SIR TERRY, WE MUST WALK TOGETHER.
Terry took Death’s arm and followed him through the doors and on to the black desert under the endless night.
The End.

-AL FIN, SIR TERRY. DEBEMOS CAMINAR JUNTOS.
Terry cogió el brazo de La Muerte y la siguió a través de las puertas y hacia el negro desierto bajo la noche interminable.
Fin.

¡Hasta el próximo post!

domingo, 6 de marzo de 2016

Mi propio pequeño país #95








 Traducción: -Las judías se han terminado. En 5 minutos sales. -Que empiece el show // Judías: el musical







 Traducción: -Oh, no! Mi móvil! / -Uff! Menos mal que tengo la aplicación boomerang!







 Traducción: -Whoopi Goldberg nos ha llamado, Sam. Es hora de ir al otro lado.



 Traducción: -Está muerto / -Tenemos que llamar a la policía / -¿Crees que la policía no está ya en ello? / -Oh, dios mío -Mantén el pico cerrado



 Traducción: -Es el plato definitivo, hecho con las sobras de las últimas 4 comidas!


 Traducción: ESCUCHANDO LA LETRA DE LAS CANCIONES / -Increíble! Tiene tanto sentido, muy profundo, muy conmovedor / - Qué poeta! Estas letras entienden mi alma! LEYENDO LA LETRA DE LAS CANCIONES / -Esto es muy estúpido











 Traducción: Lo que E.T. hizo cuando volvió a casa



Traducción: ¡Atrás! ¡Podría activarse en cualquier momento!


¡Hasta el próximo post!